Algunas cosas no cambian. Otras a peor, y otras cambian tan rápido, que vuelven a cambiar sin darnos un respiro. Antes, nos daban Pan y Circo. Luego sólo nos dieron Pan y nos tuvieron gordos pero tristes. Solo con circo pero con el estómago vacío, no nos lo pasábamos bien. Ahora nos dan mal circo y pan rancio. Mañana lo que tendríamos que hacer es desechar su circo coger nuestro pan. Ya nos buscaremos un circo que nos guste.
Desde los leones en el Coliseo, al fútbol en los estadios nos han tenido adormilados. Ahora por lo menos no se comen a los luchadores en la arena, eso que ha evolucionado la sociedad. Con esta tendencia, en unos años, ni siquiera habrá violencia en el «circo». O esperemos que sea otro tipo de Circo. O mejor aún. Que no necesitemos que nos den: ni pan, ni circo.
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